18/3/10

Primer Capítulo, Primera parte - "Retrospectiva"

 UN MES ANTES

-Nora, se acabó…se terminó…
-Pero Nicky…¿Cómo?...¿Por qué?...¡¿Qué ha pasado?!
-Pues…que…ya no podía mas, estaba harta de sus celos, de su manera de vivir la vida, de hacerme vivir su vida…creo que necesitaba esto, necesitaba vivir la mía, ser un poco yo.
-Bueno…no se que decirte..¿Estás bien?..Quiero decir…¿Estás contenta con esta decisión? Porque si es así, yo te apoyaré, en todo, lo sabes no?  Puedes contármelo todo Nicky.
-Lo se amor…sólo que ahora me siento un poco…no se…un poco rara…y creo que lo echaré de menos…mucho…es como si me sobrase todo el tiempo del mundo…
-Bueno…ahora lo que tienes que hacer es intentar ocupar todo tu tiempo en hacer cosas que te gusten…¿Vamos a cenar al Miss Sushi? Vaaaa…di que sí…porfi porfi.
-Nora te llamo luego, te quiero- Y Nicky le da un beso al auricular del teléfono, tan dulce como es ella siempre, como si seguir agarrada a el fuese lo que la sustentase en esos momentos tan inciertos, cuando no ve el suelo bajo sus pies y cuando al mirar hacia arriba ve el techo demasiado pegado a su nariz. Y suspira. Y se aparta el flequillo detrás de la oreja porque le agobia. Ahora todo le agobia.

Joder, joder, joder. Nora cuelga el teléfono y asimila poco a poco el hecho de que Nicky y Alex ya no estén juntos, parecía todo tan perfecto, que el hecho de que todo se haya acabado le hace pensar que quizás no exista el amor para toda la vida. Ya no. Cuando todo parecía que se derrumbaba a su alrededor, ahí seguían aferrándose uno al otro porque eran uno sólo, eran como su tótem perfecto, pero ya no.
Sabe que únicamente le queda un mes para terminar las clases y siente no poder estar ahora mismo al lado de su amiga Nicky, para ofrecerle su hombro, su comprensión.
Nora siempre ha intentado ayudar en todo lo posible a sus amigas cuando estas han requerido un consejo, una mano amiga, así que a pesar de la gran cantidad de trabajos y exámenes que la esperan decide coger el ciclomotor y acercarse al trabajo de Nicky, esta noche es para las dos.
Cartera y móvil, zapato cómodo, reserva en el Miss Sushi a las 21:00, un poco de colorete y su perfume favorito, Gucci Rush.

-Piiiiiii, piiiiiiiiiiiii
Nicky sale andando escuchando a The Killers en su nuevo ipod Shuffle de color rosa chicle, subiendo el volumen, ve a lo lejos la moto de Nora , y a ella, saludando con una gran sonrisa. Todavía no se ha quitado el casco pero ya lleva otro en el otro brazo.
-Qué pasa Nora ¿Qué te ha traído por aquí cielo?
-Pues….que pasaba por aquí de camino a la biblioteca y he decidido pasar a saludar a mi espléndida amiga- y mientras dice esto sonríe de oreja a oreja con una pizca de inocencia e ingenuidad.
-Si claro, a la biblioteca…cariño, la biblioteca cerró hace ya más de una hora- mientras, se ríe sabiendo q a su amiga no le ha salido demasiado creíble la jugada.

I've been roaming around, I was looking down at all i see, painting faces, building places I can't reach, you know that i could use somebody
you know that i could use somebody, someone like you, and all you know
and how you speak, countless lovers undercover of the street, you know that i could use somebody, you know that i could use somebody, someone like you.

De fondo, Use somebody de Kings of Lyon, el sol que despunta por el horizonte dando un tono anaranjado a la escena. Es perfecta. Dos amigas y una Vespa blanca que avanza dirección Gran Via a un ritmo delicioso, al compás del viento, sin prisa pero sin pausa. Semáforos en verde y un suspiro. Nicky suspira, y sin prever nada, una lágrima salada resbala por su mejilla, hace tiempo que no se sentía así. Libre.

-Aaaaaaai! Nicky me estas apretando!-Y Nora se ríe poniendo cara de dolor, poco creíble la verdad, mientras va quitándose el casco.
-Qué te pasa tía!? Tengo pinta de Brad Pitt?- Y vuelve a reir.
-Pues…no te ofendas pero….no demasiado eh…-Responde graciosa mientras fuerza el gesto de duda existencial.
Ríen las dos amigas, a gusto, sin prisas, mientras Nora va poniéndole el seguro a la Vespa y va cogiendo la cartera.
-Esta noche invito yo, así que puedes ahogar tus penas tranquilamente entre salmón ahumado y anguila kabayaki- Pero Nicky no imagina la felicidad rodeada de una fuente de anguila troceada y recubierta de aguacate y tempura de salmón y pepino, es mas bien nauseas lo que esta visión le produce, pero no dice nada, sólo sonríe.
-Si, claro- y sonríe de nuevo.

En otro lado del país. 22º grados a la sombra. Un poco al norte, cerca del cantábrico.
-En unos minutos tendrá lugar la firma de discos de Presuntos Implicados, en la 3ª planta de nuestro centro comercial- Habla la megafonía cuando el resto, clientes, trabajadores, también hablan.

-¿Cuánto vale esta?- mientras sostiene una corbata de seda, color mostaza de Carolina Herrera.
-145 euros, es de la nueva colección, además si te llevas otra de cualquier colección de las de allá se te quedan las dos a 160- Dice un vendedor moreno, tremendamente guapo, vestido con un pantalón negro de talle recto cortado al ras del zapato y una camisa desabrochada en su parte superior dos o tres botones, también de color negro

Valerie, no compraría una corbata, y quizá ninguna cosa, que valiese 145 euros, pero, que narices, esta de vacaciones y además probablemente este tipo sea el tío mas tremendo que haya visto en años, o eso, o que el hecho de ver la gruesa curva de la felicidad de su marido y su calva incipiente, le hayan subido de un modo inimaginable el nivel de estrógenos.
Mientras tanto, mecánicamente, va sacando la visa de la cartera, y sabe que le va a doler mas el recibo de finales del mes que el hecho de pillar a su marido en la cama con otra, al fin y al cabo, eso solo seria el pretexto para pedirle el tan ansiado divorcio. Y sonríe, no sabe si por la imagen macabra de la escena o porque el tipo de Carolina se ha quedado mirándola.
-Perdone señorita, ¿Puede dejarme la visa?
Y cae. Baja la mirada y ve como su propia mano, como si de un acto reflejo se tratase, tiene agarrada literalmente la tarjeta, solamente quedaría que se le desconchasen las uñas, rojas, en su intento lúcido de obviar el capricho.
Valerie se sonroja notablemente mientras espera durante unos segundos la firma de la compra, segundos que parecen años.
-Gracias, muy amable-le dice al tipo mientras de manera atolondrada recoge la bolsita del mostrador y se dispone a guardar visa y ticket en la cartera.
-Que tetas!-piensa James mientras ve alejarse a la desconocida. Naturales? Tal vez, ahora sólo queda esperar que se de cuenta de que en ese ticket figura algo mas que el importe de las corbatas...y sonrie.

Miss Sushi 22:00 pm

Ja ja ja - Ríe Nora- ¿Y te acuerdas cuando la vimos aparecer con ese vestido azul de paño?, dime que no parecía Heidi paseando al perrito de Paris Hilton!
Mmmm....Nicky hace como si pensase la respuesta, no demasiado, pero Nora ya esta pagando en la barra y recogiendo los trastos de la silla.
Venga, vamos a tomarnos unas copas, me han dicho que hay un local nuevo que está genial, ambiente muy cool, y tipos interesantes- mientras guiña un ojo y obliga literalmente a su amiga a levantarse del asiento, pero Nicky se marea,  no sabe si es el hecho de haberse sentado demasiado cerca de la cocina, lo que hacia que todos los vapores y efluvios de la cocina canto-japonesa recayesen en sus pituitarias, o era mas bien la botella y media de vino blanco. La botella y media.
Eh cielo, para un poco, por favor que me va a dar un ictus cerebral como acostumbres a llevarme a este ritmo, te recuerdo que soy una nueva soltera y como todo, y para todo, se requiere un periodo de asentamiento- Nicky va agarrándose la cabeza hasta la puerta mientras Nora tira de su otro brazo.
Claro que lo se, yo llevo cuatro años asentándome, y créeme como pasen un par mas, el culo ya lo tendré tan plano que será imposible meterlo en unos vaqueros.

Y es que Nora siempre ha sido conocida por sus amigas como la eterna soltera, “Single Lady” en inglés, que parece que ahora esta de moda, no porque ella quiera estarlo, o bueno, no totalmente.
Nora solo a estado enamorada una vez en su vida y hace precisamente eso, cuatro años, pero aquello terminó, en parte por su falta de madurez, en parte por la de él, pero considerando esto y aún, muy a pesar de su voluntad, e incluso del tan necesario tiempo de separación entre ambos, sabía que sería muy difícil enamorarse otra vez, de otra persona.
Patrick, John, Albert, Richard....seis o siete hombres han pasado por su vida en ese tiempo, y una vez la posible relación ha sido desollada, exprimida y agotada, el recuerdo de George aparece. Como un fantasma. En aquella habitación, un 10 de Abril, anocheciendo al otro lado de la ventana y ellos dos amándose por primera vez, nerviosos, novatos que no saben, novatos que no quieren saber, sólo amarse.
Pero quizá la juventud de ambos, el rumbo que querían darle a sus vidas, el modo en que Nora veía su vida no era el mismo que el que George le estaba dando a la de ambos, y ahora intentando recordar, volver esos años atrás, no se sabe muy bien porqué, les abandonó el amor, o las ganas y decidieron alejarse tanto que se habían vuelto a ver en contadas ocasiones, de un modo bastante formal, aparentando una deseada felicidad que fuese anclada a la soltería.
Pero esa felicidad, aparente, estaba prolongándose demasiado, el hecho de estar soltera, era divertido, al principio, cuando crees que cualquier cosa es mejor que lo que tienes, pero cualquier cosa acababa haciéndole daño, acababa arrastrando su autoestima a lo largo de treinta metros de basura y luego le pegaba una patada en el culo para que se levantase y siguiese andando.
Lo echaba de menos. Su manera de hablar, de mirarla, de andar...
Aii........-Y  soltó una largo y profundo respiro
Va cielo! Llevas dos horas con cara de tonta apoyada en la Vespa, para esto me has sacado corriendo del Miss Sushi casi en parada cardiorrespiratoria?
Nicky! Pero que dices! Encima que estoy haciendo tiempo para digerir el vino y que no nos pare la local......aii...es que tengo que explicártelo todo- Mientras le acaricia la cabeza  de un modo paternalista y a la vez burlón.
Pero Nicky no es tonta y sabe que aquello en lo que pensaba Nora no era precisamente en los locales, nunca dice todo lo que piensa, porque quizás entonces, la borrarían del mapa.
Y así entre locales y alcohol, las dos amigas ponen rumbo hacia la costa, porque la noche todavía es joven, por mucho que pasen los años, es eternamente joven, y efímera.

Valerie sostiene una copa de vino mientras escucha unas suaves y delicadas notas de Jazz sureño, Robert  ha salido con unos familiares a una de esas cenas donde se come y bebe demasiado, donde se dicen demasiadas cosas y donde se piensa realmente poco, así que probablemente no vuelva al hotel hasta bien entrada la madrugada.
Un sorbo de vino, almizclado, afrutado y dulce, con unas pequeñas notas amargas que producen una agradable sensación de bienestar al recorrer lentamente el paladar.
Son tan bonitas las corbatas, piensa, y decide abrir la pequeña bolsa que tiene depositada en la mesita de noche de la habitación.
Quizá con un poco de vino no note demasiado vértigo cuando mire el ticket de la compra. Pero no sabe si es el vino o es el cansancio acumulado del viaje pero una nota manuscrita asoma en la zona superior derecha.
Parpadeo. Parpadeo. No, no es el vino, no es el viaje, ciertamente hay un numero de teléfono anotado, y un nombre, James.
El tío de Carolina Herrera le ha apuntado su numero de teléfono?, wow, Valerie, después de unos segundos dubitativa, coge el móvil de su bolso y marca, rápida, pero insegura. Tecla verde. Pi....pi....Si tarda un tono mas en cogerlo colgaré. Voy a colgar, esto no tiene ningún sentido y además no esta bien. Estoy casada.
Si? Hola?- Una voz tremendamente seductora se anuncia al otro lado de la línea.
No se sabe muy bien porqué Valerie cuelga. Ella si lo sabe.
comienza a sonar el móvil, la pantalla parpadea al unísono con las notas del suave jazz y mientras se piensa si cogerlo o no, se sirve de nuevo otra copa de vino, suave, con tranquilidad.
-Hola?
-Hola, me has llamado hace unos minutos, nos conocemos?-aunque James verbaliza dichas palabras, sabe perfectamente quien se encuentra al otro lado de la línea.
-Pues...lo cierto es que la situación es un poco surrealista. He marcado un número que figuraba en el ticket de unas corbatas que compré esta tarde y...
-Si, si ya... imaginé que no tardarías en llamarme...quiero decir...ejem..por curiosidad- James sabia que había metido la pata, demasiada arrogancia para sustentarla en un solo asalto.
-Como? Perdona, no entiendo porque narices me has apuntado tu móvil y menos todavía quien te has pensado que.. Y sin poder concluir la frase este añade:
-En la Plaza de España, numero 17, te espero allí en media hora-y acto seguido- Si no estás entenderé que no quieres saber el motivo por el cual te apunté mi número- Y cuelga.

¿¡Cómo?!, pero....¡¿Y este tío?! ¿¡De qué va?!, pero ya está en la puerta recogiendo la tarjeta, empleada a modo de llave de luz, y metiéndosela en el bolso, móvil, tabaco....el perfume en roll on y por supuesto su labial preferido de Bobby Brown “Rose Romance” con el que le regalaron un práctico espejo-peine, de lo mas divertido.
-Taxi!-Grita mientras en plena avenida ve aparecer una luz verde entre las demasiadas luces que ya de por si tiene el casco urbano de la ciudad, escaparates, letreros luminosos, restaurantes...e incluso un sex shop, de dudoso gusto estético.
-Plaza de España, numero 17.
-Muy bien señorita, prefiere que atajemos por aquí, que es una calle secundaria?
-Perfecto, debo de estar allí antes de la 12, gracias
Y el trayecto, corto de itinerario, da para mucho, sobre todo cuando las numerosas películas se suceden en la cabeza de una mujer como Valerie, adicta al cine rosa y a teleseries como OC y Sexo en Nueva York.
Se mira en el retrovisor interior, el pelo esta perfecto, la humedad todavía no ha hecho de las suyas, ojos, labios....estupendo.
Nota como un peso recae sobre su pecho, que curiosamente, no es debido a la 100 de sujetador que utiliza, es mas bien, algo así como...la mirada del taxista.
Pillado in fragantti, decide dedicarle una de sus mas cordiales sonrisas, pero casi hubiese sido mejor que se centrase en la conducción, no por si tenían un accidente, después de todo, Dios siempre castiga al pecador, y ella esa noche estaba dispuesta a  pecar, sino mas bien porque no era precisamente el blanco lo que documentaba su cavidad bucal, sus dientes poseían un color a medio camino entre el mostaza, muy de moda la temporada otoño-invierno pasada, y el negro, siempre tachado como tendencia.
Quizá ese pobre taxista, tan sólo estuviese buscando ir a la ultima. Hay personas que gastan enormes sumas de dinero en ataviarse con las últimas tecnologías, o con anillos y pulseras de la nueva colección de Carrera y Carrera, otros, simplemente, no se preocupan de su limpieza dental.

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