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Desde 1941, alejado del efecto que suscita la marca hoy en día, manos expertas empezaban a construir en un pequeño loft neoyorkino lo que hoy conocemos.
Madison, Kristin y ahora MIA, representan perfectamente los valores asociados a Coach, delicadeza, extremado detalle y calidad en los materiales.
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Pieles incomparables empleadas para confeccionar tanto el exterior como el interior de cada uno de sus accesorios, exquisita marroquinería artesanal a la que ya han sucumbido personalidades del mundo de la música como Rihanna y actrices como Halle Berry o Evangeline Lilly.
Una firma tradicionalmente neoyorkina que expande fronteras hacia nuevos continentes, aportando la esencia tan característica, mágica, de la gran manzana.
Vuitton, Hermes o Loewe podrían ser el sueño de cualquier persona que adore la soberbia del lujo y la tradición del "buen-hacer", Coach, es ya una realidad totalmente competente que determina una mujer carismática, delicada y exquisita.
No utilizaría otra palabra, exquisitez en cada detalle, en cada instantánea.
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